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Daniel Canogar anima a analizar la obra de arte a través de la palabra

El artista imparte un curso en Bilbao Arte en el que reflexiona sobre la instalación

El fotógrafo Daniel Canogar (Madrid, 1964) imparte estos días en Bilbao Arte un curso sobre la instalación, en el propone otras formas de trabajar la fotografía y la imagen en movimiento, superados ya los límites que separaban los géneros artísticos tradicionales. 'Es una reflexión sobre una realidad en la que la imagen ha reventado el marco', explica. 'La vida cotidiana es una yuxtaposición de capas de imágenes'.

El taller que dirige en Bilbao hasta el 31 de mayo se centra en la reflexión sobre esa inmersión en imágenes. 'Me interesa una aproximación analítica al arte. El tipo de lenguaje que rodea al arte es muy limitado, sobre todo entre los artistas, para abordar su riqueza y la complejidad. El arte es un filtro entre seres humanos para pensar y comunicar', explica.

A pesar de su interés por el análisis, Canogar no descarta los aspectos emocionales que despierta una obra de arte. Entiende la creación artística como 'un ir y venir' desde las emociones y la intuición a la reflexión. 'Al trabajar una obra de arte y trasladarla a palabras, se abre y se enriquece', explica. 'He encontrado en la palabra, escrita o hablada, un aliado importatísimo para acercarme al arte'.

En el taller combina la práctica, con ejercicios que en pocos minutos ponen a prueba los reflejos de los participantes, y el análisis posterior, más reposado, prestando una atención individual a cada uno de los ocho participantes. 'Es como trabaja el pintor: se mete en el lienzo y hace unos gestos; luego se distancia para ver lo que ha hecho antes de volver a pintar', compara.

Canogar trata de restar énfasis al objeto artístico y prestar atención a los aspectos más abstractos. 'El arte es un medio. Sea una pintura o una obra en Internet siempre tiene un carácter interactivo', señala. 'La obra de arte ocurre en la mediación entre el creador y el público'.

Ante la proliferación de instalaciones, aboga por una interpretación sociológica. 'La visión más superficial es pensar que es una moda. Yo creo, sinceramente, que responde a una realidad social, rodeada por la imagen. No hay que convertir la instalación en un género más, sino en un transgénero que abarca todos'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de mayo de 2002