Un metro cuadrado en Madrid costaba de media el año pasado 2.065 euros. Más asequible era comprar un piso en Extremadura: unos 707 euros por metro cuadrado, según datos de la Sociedad de Tasación. En un y otro caso, el precio se incrementó un 38% y un 15,7%, respectivamente, en comparación con 1997.
La vivienda constituye el primer destino de los ahorros de los españoles, pero se ha convertido en una pesadilla para su presupuesto. Según el Ministerio de Fomento, los precios se han disparado un 55% en el conjunto de los últimos cinco años. Aún así, las familias están dispuestas a pagar cientos de miles de euros por un piso -cuya compra aborbe cerca de un 45% de sus ingresos-, a cambio de endeudarse hasta el cuello animadas por los bajos tipos de interés (un 5,83% en 2001, frente al 15,56% de 1990).
Sólo en 2001 la vivienda se encareció un 15%, mientras se batió un record de construcción: unas 500.000 viviendas. La mayor parte de los hogares parece resignado a pagar los altos precios. Sin embargo, se calcula que el 35% de los ciudadanos -buena parte de ellos jóvenes- no puede acceder a una vivienda.
Las alternativas no son muy alentadoras. Por una parte, la vivienda protegida -ofrece ayudas y condiciones especiales- ha caído en picado: en 1995 se terminaron 78.683 unidades, frente a los 47.620 de 2001. Por otro lado, alquilar un piso tampoco es barato, dado la poca oferta que existe. Sólo el 15% del parque de viviendas en España es de alquiler, frente al 40% de media de la Unión Europea, según un estudio de La Caixa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de mayo de 2002