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OPINIÓN DEL LECTOR

Incorrección

Envío esta carta para dar a conocer el comportamiento incorrecto y despreciable de varios agentes de policía de la comisaría de la calle de Leganitos, en Madrid.

El día 13 de mayo, a la una de la madrugada, yo estaba con un amigo en esa comisaría (para completar los datos de una denuncia que habíamos puesto por la tarde) y vimos llegar -en un taxi- a una señora con la cara hinchada y amoratada, el pelo cubierto por un pañuelo anudado al cuello y heridas en las manos; estaba temblando.

Éramos las tres únicas personas -aparte de los agentes de policía- en la comisaría. Pasó a una sala muy sucia con sillas rotas y esperó allí alrededor de media hora, mientras una agente hablaba y se reía con otra mujer en la puerta. Por fin, se dirigió a ella para preguntar: '¿Qué te ha pasado?'. La señora, que apenas hablaba español, solamente supo decir: 'Me han pegado'. Se quedó sola en la sala y pasó al sitio donde se hacen las denuncias un rato después, cuando nosotros llevábamos ya unos minutos dentro. Mientras éramos correctamente atendidos por un agente y un superior, la señora, muy cerca, intentaba explicar a la agente lo que deseaba denunciar.

El superior se dirigió a la agente y preguntó: '¿Con ésta qué pasa?, ¿que la caneó el marido?'. Y dijo después a la señora: '¿Te ha pegado una persona o tu marido?'. La agente señaló: 'No habla español ni sabe escribir', y remató recomendando a la señora: 'Vete y vuelve mañana con alguien que te entienda'.

En ese momento, mi amigo y yo -muy sorprendidos por la escena y el trato que recibía la señora- nos ofrecimos para intentar traducir sus palabras, y el superior nos dijo: 'Debe de ser una putilla'. Cuando supieron que soy periodista, procuraron moderar sus expresiones.

La mujer hablaba árabe y un poquito de francés; comenzamos a traducir lo que decía, y de pronto sonó su teléfono móvil y se marchó para volver poco después con un adolescente -pariente suyo- que tradujo sus explicaciones. Al irnos de allí, la dos personas continuaban en la comisaría. ¿Tratan así a todas las extranjeras? ¿Durmieron tranquilos ese día los policías de la comisaría de Leganitos? ¿Pueden apreciarse a sí mismos después de su conducta?-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de mayo de 2002