Los jugadores de la selección disfrutaron ayer de su primer día libre desde su llegada a Ulsan. Luis Enrique, quién sabe si para ganarse al vecindario, lo aprovechó para pasearse por la ciudad con un tatuaje coreano en el brazo.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de mayo de 2002