El calvario no ha concluido para el estadounidense Pete Sampras. Desde que llegó a las semifinales en 1996, el estadounidense, que cumplirá 31 años en agosto, no ha logrado superar la tercera ronda en Roland Garros. Ayer, volvió a sucumbir de forma inesperada en su debut frente al italiano Andrea Gaudenzi, 69º mundial, por 3-6, 6-4, 6-2, 7-6 (7-3) tras tres horas y tres minutos.
Fue un suplicio para Sampras. Se le vio sufrir en la pista. Pero nunca olvidó su orgullo de campeón. 'Nunca le había visto entrenar tantas horas como ahora lo hace. Sin embargo, no hago milagros', asegura José Higueras, que le dirige desde el pasado mes de abril. Sus piernas ya no le permiten llegar cómodo a la volea como lo hacía en la pasada década, y su saque no tiene en tierra batida la misma efectividad que en superficies duras o en Wimbledon. Además, ayer los elementos se confabularon en su contra. Una lluvia con granizo incluido obligó a dos suspensiones del partido y dejó la pista humeda: la bola corría menos, costaba moverla.
Ayer, Albert Costa perdió la primera manga, pero cerró el paso al francés Richard Gasquet, de 15 años. Àlex Corretja ganó mucho más cómodamente al checo Bodan Ulihrach. Magüi Serna fue la única española eliminada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de mayo de 2002