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El nuevo líder hereda 24 millones de pobres

La estigmatizada Colombia recibirá en agosto a su nuevo presidente. El 60% de sus 40 millones de habitantes en la pobreza; tres millones de parados; 3.000 secuestrados al año; la mitad del empleo en la economía sumergida; los dos partidos tradicionales divididos; un Estado de derecho precario, y un conflicto armado que se ha cobrado 40.000 vidas en sus 39 años de vigencia, y no lleva camino de terminar a medio plazo. Uribe, en el discurso de la victoria, dijo que únicamente una "revolución educativa" podrá revertir el decaimiento nacional.

Las estadísticas son terribles. Durante el año 2001, un total de 6.000 niños engrosaban las filas de las guerrillas y los grupos paramilitares, y 5.250 menores habían muerto alcanzados por minas contra personas, las quiebrapatas. Unos mil niños son asesinados al año, el número de desplazados por la violencia es de casi dos millones y una lacerante diáspora de profesionales y talento. Los grupos armados campan por sus respetos en gran parte del territorio nacional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de mayo de 2002