Aznar ha anunciado recientemente que propondrá en el Consejo Europeo de Sevilla medidas para combatir 'de forma decidida y clara' la inmigración ilegal; es decir, que se propone endurecer más si cabe la ya de por sí muy restrictiva Ley de Extranjería. Además ha dicho expresamente que ha dado instrucciones al respecto a los Ministerios de Justicia e Interior, dejando patente una vez más la única y equivocada política policial de inmigración que se desarrolla desde el gobierno Aznar.
Pues bien, después de tan rotundas declaraciones de intenciones, el presidente del Gobierno central tiene la desfachatez de decir que 'hay que hacer de ello un factor positivo de integración' y se queda tan ancho.
La Administración está tratando por todos los medios y de forma descaradamente interesada de criminalizar a las personas inmigrantes, cuando incluso los propios sindicatos de policía desmienten públicamente sus demagógicas estadísticas y entienden que lo que está haciendo el gobierno central es utilizar el fenómeno migratorio como chivo expiatorio de importantes deficiencias en política de seguridad ciudadana. Procediendo tales tácticas de descrédito de donde proceden, es decir, de un gobierno de derecha, no nos tienen que extrañar.
Pero lo que de verdad me hace llevarme las manos a la cabeza es que encima se trate de dar a ésta aberrante política inmigratoria la pátina de ser beneficiosa ¡hasta para las propias personas inmigrantes! Me parece el colmo. Y entre tanto la alcaldesa del PP de Premiá del Mar apoya a aquéllos que se manifiestan contra la instalación de una mezquita. Para muestra un botón...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de mayo de 2002