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OPINIÓN DEL LECTOR

La Rinconada y el eucalipto de Ramírez

Cuando estas líneas vean la luz, posiblemente la tragedia se haya consumado. El eucalipto de Ramírez, quizá el árbol más viejo de La Rinconada, habrá sucumbido ante el empuje de las máquinas que urbanizan los terrenos de El Charco.

Este eucalipto, que contempla la vida de La Rinconada al menos desde los años treinta del pasado siglo, ha visto transcurrir regímenes políticos dictatoriales, republicanos y monárquicos; ha servido como lugar de juego para niños, y nos ha proporcionado leña en invierno y sombra en verano.

Su único delito es ocupar un lugar que va a ser urbanizado y que, por supuesto, no creemos que el constructor lo respete. De todos es conocido el odio del español al árbol.

Sólo pido con este escrito que se conserve un ejemplar histórico para los rinconeros. Aunque no pertenezca a ninguna especie autóctona ni protegida, muchos lo consideramos como de la familia y junto a él ha transcurrido buena parte de nuestra vida.

La Rinconada, sus gobernantes digo, que se denomina a sí misma ciudad verde y saludable, debería actuar y conservar este ejemplar. No se necesita más que una pequeña iniciativa, ya que un solo árbol ocupa poco espacio. Se puede quedar ahí o ser desplazado unos metros más hacia La Caldera, donde se ubicarán las zonas verdes de la nueva urbanización.

Para los que creemos que La Rinconada debe conservar sus señas de identidad, el eucalipto de Ramírez es un símbolo con el que nos identificamos y que desearíamos legar a las generaciones de futuros rinconeros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de mayo de 2002