Las declaraciones del consejero Cepeda me parecen significativas del objetivo último de este gobierno del PP y que no es otro que convertir a la Administración Pública en una empresa a su servicio. La mayoría de las plazas ofertadas son para nombramientos a dedo, promoción interna, consolidación de empleo y así la mayoría, dejando de lado los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. Esto unido a que las bolsas de trabajo están manejadas por los sindicatos, hace que el que pretenda acceder a la función pública lo tiene francamente imposible y encima no es aconsejable apuntarse al Inem porque resultas sospechoso de fraude. Toda esta endogamia, que premia fidelidad pero no capacidad, es lo que conduce posteriormente a la conocida financiación pública pero gestión privada, véase si no la Sanidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de mayo de 2002