Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

La huelga general, 2

Los sindicatos de este país, tan poco representativos de los trabajadores, tienen el atrevimiento de lanzarse al vacío, confiados en que el paracaídas se les abrirá en el último momento. Saben perfectamente que no tienen un ápice de razón al convocar una huelga general y que los trabajadores no la queremos.

Pero pretenden convencernos, desde aquí al 20 de junio, de que la pretendida ley del Gobierno de protección al desempleo es contraria al interés de los desempleados y de que el Gobierno no quiere discutirla con ellos.

Señores sindicalistas, los trabajadores no somos tan estúpidos como vosotros creéis.

No queremos que siga existiendo el fraude, y cualquier medida para evitarlo es deseada por todos; por otro lado, sabemos que os habéis negado rotundamente a cualquier diálogo sobre este tema. Es incoherente que con unas intenciones puramente políticas pongáis en riesgo vuestra credibilidad. Los argumentos esgrimidos, así como la fecha elegida, evidencian que el único interés que lleváis en esta convocatoria está muy lejos de los intereses de los trabajadores. Pero si continuáis con esa 'locura', os pedimos, por favor, que esos 'pacíficos' piquetes que organizáis sean algo menos crueles y que nos permitan un mínimo de libertad para elegir entre trabajar o no ese día; que se guarden los palos, las piedras, los tirachinas y las bolas de acero, instrumentos habituales de informacíón que suelen utilizar. Si no lo hacéis así, puede que el paracaídas no se abra.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de mayo de 2002