El Palacio de Buckingham negó ayer que la monarquía británica atraviese una crisis económica y calificó de 'completamente inciertas' las informaciones en ese sentido, según señaló un portavoz de la residencia de la familia real. Así respondió el palacio a una información publicada ayer en The Independent, que aseguraba que las dificultades son tan importantes que la reina Isabel II de Inglaterra podría pedir ayuda económica al Parlamento. Según el análisis del periódico, esta situación se debe sobre todo al acuerdo alcanzado en 1993 por el entonces primer ministro, John Major, por el que la soberana renunció al privilegio que la eximía de pagar impuestos sobre su renta personal. Aunque es imposible precisar la dimensión del problema por el carácter secreto que mantiene el palacio de Buckingham al respecto, se estima que la cifra que la reina paga de sus ingresos privados se ha incrementado en 24 millones de euros desde la firma de dicho acuerdo. El divorcio de sus hijos Carlos y Andrés un gran esfuerzo para su situación financiera.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de mayo de 2002