El secretario general de la FIFA, Michel Zen-Ruffinen, presentará hoy la dimisión de su cargo tras la reelección de Joseph Blatter como presidente del máximo organismo internacional del fútbol. Zen-Ruf-finen, ex árbitro y ligado siempre a Blatter, desde sus tiempos de secretario general de la FIFA, en los que actuó como adjunto, fue el más crítico con las cuentas del citado organismo. Un informe suyo, presentado 26 días antes de las elecciones celebradas el miércoles, en el que denunciaba irregularidades que podían ser objeto de delito, ha motivado la presentación de once querellas judiciales en Zúrich contra Blatter.
El conflicto va más allá. Blatter ya se había planteado prescindir del secretario general, a quien había arrebatado el control de las cuentas de la organización asumiéndolas personalmente. Pero la operación es algo más que un mero asunto personal. Blatter tiene la intención de transformar la FIFA en una compañía, en vez de una asociación sin ánimo de lucro, en la que él pasaría a ser el único responsable de las cuentas económicas.
La dimisión de Zen-Ruffinen ha sido pactada con el propio Blatter. El Mundial arrancará, pues, sin secretario general de la FIFA cuando ha sido Zen-Ruffinen el hombre sobre el que ha recaído la organización del acontecimiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de mayo de 2002