La siniestralidad laboral se cobró ayer la vida de otro obrero en la región. Al mediodía, un operario de 53 años, J. L. L., con domicilio en un pueblo de Toledo, murió aplastado por un cubo de hormigón que le cayó encima cuando trabajaba en la construcción de un chalé en la calle del Duero, en Boadilla del Monte. Al lugar se desplazaron dotaciones de la Policía Local y de la Guardia Civil, así como una UVI del Sercam, cuyos facultativos no pudieron hacer nada para salvar al trabajador, que pereció casi en el acto.
Este siniestro eleva a seis el número de trabajadores muertos en los tajos de la región en lo que va de año, según indicó Antonio Rodríguez, responsable de Salud Laboral de UGT. El triste recuento incluye también a otra víctima reciente: Rufino Gabriel Herrera Jiménez, de 35 años, fue hospitalizado el pasado miércoles tras caerse de un andamio situado a una altura de una quinta planta en un edificio en construcción en Humanes. Murió horas después.
También ayer, en Colmenar de Arroyo, resultó herido de gravedad un operario de 33 años al caer desde siete metros de altura cuando estaba encaramado a un poste de servicios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de mayo de 2002