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OPINIÓN DEL LECTOR

En torno a algunas academias

Me dirijo a ustedes para plantearles un tema que me parece preocupante. Se refiere a los primeros trabajos que accedemos los jóvenes mientras cursamos nuestras carreras universitarias. En concreto me refiero a la explotación a la que nos vemos sometidos en las academias de índole americana.

Hace unos siete meses me contrataron en una franquicia ubicada en Alcobendas; la propuesta era inmejorable para las circunstancias que yo tenía: un trabajo por las tardes de no más de cuatro horas. Todo comenzó bien, hasta que llegó la hora de cobrar; los primeros meses me pagaron de menos.

El problema fue el siguiente: yo fui dada de alta con un contrato de cuatro horas semanales en septiembre, y ya en octubre se me dijo que se me había ampliado el contrato a ocho horas, cobrando más, como es de suponer, pero esto no fue cierto.

Yo trabajé más horas, pero cobré lo que al principio. Pues bien, ni yo vi ese dinero que me debían ni hoy, siete meses después, he visto nada de lo que me deben y me aseguraban que me iban a pagar. Como es de suponer, dejé ese trabajo, pues ni coticé a la Seguridad Social las horas reales que trabajaba ni se cumplió nada de lo que me contaron en la entrevista.

Se aprovechan de que somos jóvenes e inexpertos para explotarnos de manera exagerada; nos hacen trabajar más horas de las que aparecen en contrato, y las que deberíamos cobrar no las cobramos.

Para mí ha sido una primera experiencia laboral bastante desagradable.

Escribo esta carta para aconsejar a los jóvenes que vayan a trabajar en una academia americana de estas que proliferan por España que revisen los contratos basura que hacen, y que si no están cobrando lo que indica su contrato o no le realizan las actualizaciones de contrato pertinentes por el número de horas que han aumentado, que lo denuncien, que si nos callamos ellos salen ganando teniéndonos como esclavos trabajando en sus centros, de los que sólo sacan grandísimos beneficios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de junio de 2002