Creo que las personas que saben lo que es disfrutar de la lectura de un libro, o que aprecian el poder leer un periódico tranquilamente camino del trabajo, podrían responder a esta pregunta.
En Vallecas Villa, un grupo de voluntarios se dedica desde hace 15 años a que personas que durante su infancia no pudieron estudiar, no aprendieron a leer y no tuvieron acceso a la cultura, puedan recuperar el tiempo perdido y así tal vez poder leer a sus nietos el cuento que nunca pudieron leer a sus hijos.
Pero parece, sin embargo, que la Junta Municipal de Vallecas Villa ha decidido que la escuela utiliza un espacio necesario (lo que me hace deducir que la educación de personas adultas no debe ser necesaria en este distrito madrileño), por lo que los más de 100 alumnos de la escuela y los 25 educadores realizan sus actividades en los pasillos del centro municipal de servicios sociales, enclavado en la calle de Peña Veiga, con el temor del posible cierre de la escuela.
Y ello ante la falta de soluciones viables por parte de la junta municipal, que ha llenado el distrito de paseos y fuentes, que son muy decorativos, pero la junta es incapaz de hacer un esfuerzo para mejorar la formación de los ciudadanos a los que dicen representar.
Claro que, puede que realmente a estos cargos electos les baste con que los ciudadanos sepamos marcar con una x la casilla que les dé nuestro voto en las próximas elecciones municipales.
Ellos, que son gente preparada, resolverán todos nuestros problemas y dedicarán sus esfuerzos a que tengamos una vida digna, dentro de nuestra ignorancia, claro.
Quiero dar un especial reconocimiento a las personas que pueden leer esta carta gracias a los esfuerzos de las escuelas de adultos y a sus voluntarios.
Y también lamentarlo por todos aquellos que ya no tendrán la oportunidad de poder leerla algún día.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de junio de 2002