Leyendo por primera vez la Carta Pastoral de los Obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria que aparece en los medios de comunicación, muchas personas tenemos la duda de si este texto lo ha escrito la Iglesia o el nacionalismo vasco. Al leerlo más detenidamente se ve claramente que no hay ninguna diferencia entre los postulados de unos y de otros. Y esto es muy preocupante.
Haciendo un poco de memoria, a finales del año 2000 el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español firmaron el Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo y estos mismos partidos pidieron a diversos colectivos, entre ellos la Iglesia, que se adhirieran al documento.
La respuesta de la Iglesia fue muy clara: no, porque la Iglesia no es quién para entrometerse en temas políticos. Pero, ¿por qué ahora, sólo año y medio después, la Iglesia se manifiesta de una manera tan clara en contra del proyecto de la Ley de Partidos Políticos? ¿No será porque hay que apoyar una vez más al nacionalismo vasco en su conjunto?
Como católico practicante me parece vergonzoso que la Iglesia vasca no cumpla con su función de apoyo y consuelo a las víctimas, y una vez más considere prioritaria defender a los que asesinan. Tenía entendido que la Iglesia era firme defensora del derecho a la vida y sin embargo, en su Pastoral los obispos ni siquiera solicitan a Batasuna que condene los atentados de ETA.
Siento repugnancia y desprecio por la consideración que hacen los Obispos en el quinto punto de la Carta Pastoral, donde afirman que ETA no es la única causa de que no exista paz. ¿Acaso hay alguien, aparte de ETA, que esté vulnerando la vida y la libertad de los vascos?
La verdad es que me estoy planteando la posibilidad de acudir a la iglesia en los pueblos limítrofes de Euskadi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de junio de 2002