En las cuestiones de política social y de integración hay que ser tremendamente cuidadosos. Hay que guardar meticulosamente el equilibrio, la proporción. De lo contrario, podría ocurrir que se produjera una reacción opuesta al objetivo que se persigue, así puede suceder, utilizando un símil, que de tanto querer inflar el globo, se explote. Eso ocurre en Bermejales. Tenemos 312 viviendas sociales, la mayor proporción de toda Sevilla. Todos sus vecinos, de muy diferente estructura social pero mayoritariamente de buen nivel cultural, conviviendo en un barrio muy joven y al que a pesar de su peculiar estructura y características no se le ha dotado de los servicios básicos y elementales para su buen funcionamiento y para proporcionar un clima de buena convivencia facilitando el disfrute del barrio de todos sus vecinos.
No contentos con ello y por supuesto sin hacer un buen seguimiento -todo derecho conlleva un deber- de la política social que ¿se desarrolle? Quieren seguir inflando el globo y ahora se nos pide que aceptemos, contentos y entre palmas, la construcción de un centro social en otra de nuestras calles. Centro social que hoy tiene un marco mucho más amplio del que nos quieren hacer creer (cualquiera que tenga curiosidad puede acceder y consultar el BOJA número 102 del 5-9-2000) y, así, en uno de los apartados se puede leer que está abierto a 'cualquier servicio' que en un futuro se pueda creer necesario. Centro social que, para colmo de los colmos, no sería destinado sólo para Bermejales o zonas aledañas. Sería para una población de 70.000 habitantes y proveniente de 13 barrios diferentes.
¿Por qué se insiste en la concentración después del grave error de las Tres Mil Viviendas? ¿Por qué no se construye un centro social donde verdaderamente lo están pidiendo, como en las Tres Mil Viviendas?
Señor alcalde, señora delegada de Bienestar Social, siguiendo con el símil: ¡Cuidado con el globo! Su postura intransigente no le hace ningún bien a los objetivos sociales que toda persona o pueblo de bien persigue. Los vecinos de los Bermejales se lo podrán decir más alto pero nunca más claro: Sí a una política de Bienestar Social bien gestionada, no a una política de malestar general; sí al reparto justo y proporcionado, no a la concentración; no al centro social en Bermejales.
Sean consecuentes, justos y solidarios con los vecinos de Bermejales y, por el bien de todos, incluido los intereses de su propio partido, PSOE, reaccionen. De lo contrario, el fracaso será, lamentablemente también para todos, aunque en especial para esas familias jóvenes que apostamos por un barrio hermoso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de junio de 2002