Nada más acabar el Senegal-Francia (2-1), las acciones de TF1, la cadena que ha pagado 168 millones de euros por las imágenes del Mundial, descendieron un 2,9%. Si Francia no llega a cuartos será un desastre económico. Si los campeones del Mundo y de Europa no pasan ni siquiera a octavos, posibilidad posible tras la derrota con los africanos, el desastre deportivo sería único. Y Zidane, lesionado.
El centrocampista del Madrid es muy dudoso ante Uruguay, el jueves. Zidane nunca ha querido ser el líder de la selección, pero lo ve tan complicado que en los últimos días ha llamado un par de veces a la puerta del seleccionador, Roger Lemerre, y le ha pedido, mirándole directamente a los ojos, la inlusión de su compañero y amigo Makelele en el once titular. El jugador más creativo se ha hecho, así, eco de la petición de la defensa, de los veteranísimos Thuram, Leboeuf, Desailly y Lizarazu, que, desbordados por los senegaleses, reclaman que se cierren huecos en el centro, reclaman a un tercer recuperador junto a Vieira y Petit. Pero Lemerre no lo tiene tan claro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de junio de 2002