El presidente del Gobierno español, José María Aznar, descartó ayer en Suecia durante la gira preparatoria del Consejo Europeo de Sevilla, que se vaya a respaldar la creación de una policía europea de fronteras en la cumbre de la capital andaluza de los próximos 21 y 22 de junio. "En el futuro se verá si eso puede desembocar en una policía común de fronteras", pero esta posibilidad se encuentra aún en un "periodo de reflexión", afirmó Aznar.
El primer ministro sueco, Goran Persson, abogó por aplicar criterios de "humanidad y solidaridad" frente a la inmigración y pidió tener "mucho cuidado" al establecer la conexión entre delincuencia e inmigración. Persson elogió la presidencia española de la UE en materia de inmigración.
En Helsinki, la primera etapa de la gira europea, Aznar anunció que presentará a la cumbre de Sevilla un paquete de cuatro elementos para que la UE pueda avanzar en materia de inmigración: inmigración y asilo (aún no hay un acuerdo sobre el derecho al asilo); un plan de acción contra la inmigración ilegal; el asunto de las fronteras exteriores, cuyo control y cooperación debe aumentar; y la puesta en marcha de mecanismos contra la inmigración ilegal.
Su anfitrión, el primer ministro finlandés, Paavo Lipponen, expresó su total apoyo a estas propuestas y, consultado por este periódico, cuestionó la creación de un cuerpo de control de fronteras comunitario. "Este tipo de instituciones son muy poco efectivas", dijo.
La gira europea de Aznar terminó en Berlín donde se entrevistó con el canciller alemán Gerhard Schröder, a quien pidió su apoyo para la reforma de la OTAN. "Tenemos que reformar operativamente la Alianza, porque no tendría sentido hacer todo esto [el vínculo estratégico con EE UU, la ampliación al Este y la cooperación con Rusia] con las mismas estructuras operativas de la Guerra Fría. Sería absurdo", señaló Aznar a la prensa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de junio de 2002