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A la universidad con las cosas muy claras

El paso de los años y las vivencias que se acumulan con ellos son una de las principales formas de aprendizaje y de madurez para una persona. Por eso, la visión y los objetivos de quien entra en la universidad a través de las pruebas de acceso para mayores de 25 años suelen estar más definidos y claros que los de quienss lo hacen tras concluir el bachillerato. Andrés Daniel Villacorta, de 25 años, es un ejemplo de ello. Aunque su experiencia académica en el instituto no fue buena y decidió ponerse a trabajar, su intención de estudiar Odontología o Medicina se ha mantenido hasta ahora. Por ello, se ha inscrito este año en las pruebas de acceso. 'Una carrera es complicada, pero muchas de las asignaturas que se imparten en el bachillerato no se aplican. De todas formas, me he preparado bien y cuento con una motivación muy importante porque tengo las cosas muy claras. Por eso, lo veo todo con mayor serenidad y perspectiva', explica.

Esa seriedad en el logro de la meta buscada le hace también mostrarse crítico con el diseño de las pruebas para acceder a la carrera deseada. 'No estoy de acuerdo con los tests psicotécnicos, porque puntúan más que, por ejemplo, tus conocimientos de biología o de química. Además, se ha presentado a las pruebas gente que tiene el bachillerato, algo que está específicamente prohibido y que quita oportunidades al resto', deplora.

Iñaki Goikoetxea, de 45 años y estudiante de primer curso de Derecho, ya superó el curso pasado unas pruebas para las que también se preparó a conciencia. 'Creo que los exámenes son accesibles, pero hay que dedicarles tiempo. Yo lo hice, me incribí en un curso específico para ello de la Escuela Pública de Adultos y aquí estoy', detalla.

Su paso por las aulas universitarias está suponiendo para él, según sus propias palabras, toda una experiencia. 'Al principio iba a clase con algo de apuro, pero ahora con total normalidad. Desde siempre he tenido una especial ilusión por estudiar Derecho y ahora que lo hago me está gustando, aunque también es verdad que cuesta. Pero tengo muchas ganas de sacarlo adelante, que es lo que verdaderamente importa', subraya.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de junio de 2002