Depresión y Parkinson
Las personas con depresión tienen tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson que las que no están deprimidas, según se constata en un estudio. 'Esto plantea la pregunta de si la depresión es el primer síntoma de Parkinson, que aparece antes de que los pacientes tengan otros signos de la enfermedad', plantea una autora del trabajo, Agnes Schuurman, de la Universidad de Maastricht (Holanda). Los investigadores afirman que la teoría actual que explica por qué los pacientes de Parkinson pueden tener depresión, también explica por qué la depresión precede a la enfermedad. Los estudios han demostrado que el cerebro de los pacientes de Parkinson tiene un nivel más bajo de serotonina, y los niveles bajos de este neurotransmisor desempeñan un papel clave en la depresión. (Neurology, 28 de mayo).
Estrés y muerte súbita
El estrés mental hace que la capa interna de los vasos sanguíneos se contraiga, lo que puede aumentar el riesgo de muerte súbita, según un nuevo estudio. 'Sucesos vitales repentinos, como la ira, la pérdida de un ser querido o la guerra pueden provocar una muerte cardiaca súbita', explica el principal investigador Georg Noll, de la clínica universitaria de Zúrich (Suiza). Este estudio aporta la primera prueba de que el estrés mental repentino causa una disfunción en el endotelio (la capa interna de las arterias). La disfunción se produce cuando se daña la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse. Este efecto se ve aumentado por una sustancia química denominada endotelina A (ETa). Como resultado, los vasos sanguíneos son incapaces de responder adecuadamente a los cambios en las demandas de sangre, esto es, de expandirse y contraerse para acomodarse a la cantidad de flujo sanguíneo. Esta condición puede aumentar el riesgo de padecer un ataque cardiaco o cerebral (Circulation, 21 de mayo).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de junio de 2002