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OPINIÓN DEL LECTOR

Profesores

El curso académico enfila su recta final. Otro más para las estadísticas y las actitudes cicateras con la escuela pública. Para muchos de nosotros tiene un significado especial: Es el final de la infancia de nuestros hijos. Seríamos injustos con sus profesores si no proclamáramos que la escuela infantil de nuestro barrio ha sido una porción importante del único paraíso posible para nuestros hijos; el de su infancia. El patio desbordante de juegos y risas y la fluida relación con los profesores han sido la antítesis de esa imagen conflictiva de la escuela pública. Ha sido el fruto de la labor de unos profesores y profesoras a los que debemos nuestro reconocimiento y agradecimiento. Si estos pequeños pueden alardear de pertenecer a la especie del Homo Sapiens no es por azar. Es gracias a Marisa, a Carmen, a Modesto... a todos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de junio de 2002