Tras dos meses sin saber nada de ellos, siete de las personas que se daban por desaparecidas reaparecieron anoche en la prisión de Bata, donde se hallan a la espera de juicio. Pero nada se sabe de su estado físico. Otras dos personas, cercanas a la oposición, siguen en paradero desconocido. Ha bastado una denuncia en el proceso que sigue en Malabo del abogado Fernando Micó, y el desvelo de los observadores internacionales, para obtener una solución.
Se trata de seis miembros de una misma familia del poblado de Angok -Pedro Nkumu Alogo, Teodoro Edjang, Elena Biyé, Carlos Ondó Edjang, Deogracia Ndmesgo Edjang y Milagros Angué- y una vecina del mismo llamada Nenuka. Fueron detenidos por la policía en marzo. Les acusaron de haber ayudado al teniente coronel Lorenzó Ondó, hermano de Guillermo Enguema Elá, uno de los principales cabecillas del supuesto golpe, a escapar a Gabón cuando comenzaron las detenciones en Mongomo, zona en la que nació el presidente Teodoro Obiang Nguema.
Desde su detención no se volvió a saber de ellos. Sólo que fueron torturados. Las primeras noticias llegaron a través de la mujer de Pedro, Marcelina, que acudió hasta la capital para denunciar estas desapariciones. No estaban en Bata ni en Black Beach. Pese a estar relacionados tangencialmente con lo enjuiciado aquí no aparecen en el auto ni en las conclusiones provisionales de la fiscalía. Son detenidos extrajudiciales. El juez militar Cipriano Nguema, que dirige el juicio de Malabo, hizo llamar a Marcelina para que se reuniera con el ministro delegado de Seguridad, Manuel Nguema.
Informado por este periodista de la existencia de otros dos desaparecidos, el juez no disimuló su perplejidad: "Veremos qué se puede hacer". Después del encuentro con Manuel Nguema, al que acudió el viceministro de Defensa, general Melanio Ebendeng, se obró el milagro. Pero quedan por aparecer Domingo Engonga Edjang y Mariano Ovono Meñé.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de junio de 2002