Aficionados saudíes, ayer en Riyadh, contemplaban por televisión el partido que enfrentó a su selección, Arabia Saudí, frente a Camerún. Eran comprensibles los gestos de desesperación de los hinchas ante las ocasiones de gol que falló su equipo, que acabó perdiendo (1-0). Con todo, Arabia lavó un tanto su imagen tras la escandalosa derrota en el primer partido frente a Alemania (8-0).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de junio de 2002