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LA PASTORAL DE LOS OBISPOS VASCOS

La Iglesia defiende a los obispos vascos del ataque de Aznar

La jerarquía descalifica las 'desproporcionadas' censuras de Aznar y su Ejecutivo al texto diocesano

Ningún organismo de la Iglesia católica va a decir nada, en documento público, sobre la pastoral firmada por los cuatro obispos vascos, soberanos en sus respectivas diócesis. Por segunda vez en una semana, la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuyo Comité Ejecutivo se reunió ayer durante cinco horas, lo ha dejado bien claro, urgida por el Gobierno, por la mayoría de los partidos y hasta por algunos de sus prelados. No es 'competencia [del CEE] valorar públicamente las actuaciones de los obispos en sus propias diócesis', dice una 'nota' leída por el portavoz. Lejos de rectificarla, los dirigentes del episcopado, presididos por el cardenal Antonio María Rouco, afirman que la pastoral contiene 'una clara y terminante condena del terrorismo'. Además, descalifican sin tapujos las críticas del Gobierno y de Aznar, 'a todas luces injustas y desproporcionadas'.

Antes de dar lectura a la Nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, a las 15.30, el director de comunicación de la CEE, Jesús de las Heras, dejó claro que no habría preguntas ni respuestas sobre su contenido, que leyó sin pausa el portavoz y secretario general, Juan José Asenjo, ante una docena de cámaras de televisión y medio centenar de periodistas. Pocas veces ha habido tanto revuelo mediático en la Casa de la Iglesia, en Madrid.

Convocado para una 'sesión ordinaria', porque tocaba, el Comité Ejecutivo de la CEE dedicó la última parte de su reunión, que se inició a las 10.30, a perfilar un nuevo pronunciamiento, el segundo en una semana, sobre la pastoral de los cuatro prelados vascos, pero resultó evidente que el parto del documento fue extremadamente largo, mucho más allá de lo que ellos mismos habían calculado. Así, lo que se esperaba conocer a las 13.30 horas y se anunció como inminente a las 14.00 -y más tarde, a las 14.30-, no fue anunciado hasta las 15.30 horas.

Lo hizo con gesto austero el portavoz Asenjo, el único que se dejó ver en la planta baja del edificio, mientras el resto de los dirigentes episcopales -los cardenales Antonio María Rouco (Madrid) y Ricard Maria Carles (Barcelona), los arzobispos Fernando Sebastián (Navarra-Tudela) y Elías Yanes (Zaragoza), y los obispos Antonio Dorado (Málaga) y Juan María Uriarte (San Sebastián)- abandonaron la sede desde el garaje.

Uriarte es uno de los redactores y firmantes de la polémica pastoral Preparar la paz y figura, entre los 84 prelados que hay en España, como uno de los que tienen mayor preparación y capacidad dialéctica. Su presencia en el Comité Ejecutivo de la CEE, además de la del cardenal de Barcelona, Carles, valenciano de nacimiento pero acostumbrado a convivir con las sensibilidades autonomistas del clero catalán, hacían prácticamente imposible imaginar un desenlace distinto al que refleja esta nota oficial de la CEE. Consagrado el principio de la autonomía de las partes -los obispos rinden cuentas a Roma, no a la Conferencia Episcopal-, la novedad del documento reside, por tanto, en la respuesta dolorida, pero durísima, que reciben los críticos de la pastoral por leerla torcidamente, dicen.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de junio de 2002