Los ciudadanos latinoamericanos son mayoría entre los extranjeros que provienen de fuera de la Unión Europea. El elevado número de ecuatorianos y colombianos que accedieron al reciente proceso de regularización -del que coparon un 39% de los permisos- ha situado a los inmigrantes suramericanos en primer lugar con un porcentaje del 21,8% del total, frente al 18,3% de los africanos o el 12,6% de los ciudadanos de Europa del Este.
Las estimaciones que baraja la Administración señalan que, al margen de los 120.000 extranjeros regularizados -cifrados recientemente por el delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda-, existen otros 80.000 que carecen de documentación y, por ello, se ven abocados a la contratación ilegal. Otras fuentes elevan varias decenas de miles por encima de los 200.000 oficiales el número total de extranjeros, basándose en los datos de los padrones municipales que reflejan un número de inmigrantes de 264.893. Esta cifra, sin embargo, es engañosa, ya que estos datos no se actualizan con inmediatez y puede haber domicilios duplicados -reflejo de la movilidad de los extranjeros en busca de trabajo- o incluso puede haber personas empadronadas que se encuentran viviendo en otras autonomías o en el extranjero.
Frente a esta situación, las asociaciones de extranjeros solicitan un mayor esfuerzo de la Administración en la integración de los extranjeros. Hasta el momento el peso de esta labor la protagonizan, con escasos medios, las propias organizaciones, en el caso de que sus recursos se lo permitan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de junio de 2002