David, y por dos veces, se ha merendado a Goliat en el sector inmobiliario. La séptima constructora española, Sacyr, muy dependiente de la obra pública y apremiada por encontrar otras fuentes de ingresos, se ha hecho con el control de Vallehermoso, la primera inmobiliaria española. La segunda, Metrovacesa, ha caído en las redes de una competidora más pequeña, Bami, que ha vuelto a demostrar, ya lo hizo hace dos años con la adquisición de Zabálburu, que no siempre el pez grande se come al chico.
La estrategia de Sacyr no se centra sólo, como la de Bami, en el negocio inmobiliario. El grupo, que tras el fracaso de su fusión con Dragados ha dado entrada en su capital al financiero Juan Abelló, quiere incrementar su presencia en el sector de infraestructuras y opta a hacerse con el control de la naviera Trasmediterránea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de junio de 2002