¡Qué lamentable país, y qué lamentables informadores y gentes lo pueblan! Ha muerto uno de los mayores músicos españoles del siglo XX y lo único que recuerdan y repiten hasta la saciedad en la televisión pública es que Carmelo Alonso Bernaola fue el autor de la música de Verano azul y de bandas sonoras para el cine.- Carlos R. Pavón Pérez. Madrid.
Como un alumno más entre los que tuvo Carmelo Bernaola, me encontré con un profesor que hacía lo posible dentro de un conservatorio imposible. Llegó a enseñarme que la música, fuera del mundo profesional, es un vehículo para que otros mensajes funcionen. Atención, O. T.
Recuerdo que él decía: 'Toque, toque, toque usted su ejercicio', y yo contestaba: 'Toque usted, maestro, que usted sabrá darle el sentido a este galimatías', y todo adquiría sentido. Yo, agradecido.
Don Carmelo me enseñó que la profesión de músico es evanescente: puede ser o no ser, según quien te pague (siempre poco). En España nunca se ha podido vivir de la composición, por eso los músicos tenemos que desarrollarnos profesionalmente en oficios más o menos próximos a nuestra preparación. El profesor Bernaola me dejó claro que la música no es una carrera de velocidad, sino de fondo y que hay que estar preparado. Gracias, don Carmelo, de un antiguo alumno que cree que O. T. no sirve.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de junio de 2002