Contemplo estupefacto a algunos de nuestros representantes en las Cortes Valencianas (más concretamente, del PP) siguiendo el discurso institucional a la vez que el partido de la selección española de fútbol a través de auriculares. Escucho, igualmente estupefacto, a la presentadora del programa, la cual contó los hechos como una anécdota simpática. ¿Se imaginan a un juez en un juicio escuchando las declaraciones de un testimonio de la misma forma que sus señorías? ¿O a un cirujano en un quirófano mirando de reojo una televisión? Me parece muy grave el menosprecio hacia las instituciones y hacia los contribuyentes de algunos de nuestros representantes, los cuales no tienen pudor de mostrar bien a las claras su poca afición al trabajo. Y mientras, Aznar empeñado en garantizar el derecho al trabajo el día de la huelga general.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de junio de 2002