Por primera vez en una década que ha sido de vértigo, la multinacional finlandesa Nokia prevé registrar un crecimiento negativo en el segundo cuatrimestre del presente año, lo que viene a confirmar el mal momento por el que atraviesan las telecomunicaciones.
Hasta ahora, la telefonía móvil tenía a los inversores acostumbrados a subidas de beneficios anuales del 10%. Basándose en las cifras de abril-mayo, la empresa estima que su facturación sufrirá un retroceso del 2% al 7% en relación al último año, descendiendo a cifras de entre 6.900 a 7.200 millones de euros.
En su último análisis de mercado, el director general de Nokia, Jorma Olilla, contemplaba un crecimiento de la facturación en el próximo cuatrimestre de entre el 2% y el 7%. En abril, la empresa estimaba que este año las ventas llegarían a 400 millones de teléfonos, lo que será difícil de lograr. Y es que la telefonía móvil pasa por horas bajas. La nueva generación de aparatos con tecnología UMTS sigue estancada, los nuevos productos no se abren camino y algunos importantes mercados como Japón y, en menor medida, Alemania siguen sin levantar cabeza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de junio de 2002