'El ser humano aspira siempre a ampliar las fronteras de lo posible'. Esta frase, sacada de uno de sus últimos artículos, dedicado a la lucha por nuevos récords de altura en los viajes en globo, define mejor que ninguna otra a Miguel Vicens, que falleció el 8 de junio en Moscú a los 42 años. Miguel deja una popular y respetada página web (nauka.lucksite.com), que le vale un puesto en la historia de la divulgación científica a través de Internet en Rusia.
Nieto del inspector general de Bibliotecas Populares de la República Española, Juan Vicens, Miguel se crió en una familia que fue forzada al exilio por la guerra civil. Nacido con una parálisis cerebral que le dificultaba el movimiento y la dicción, luchó contra las barreras físicas y contra las barreras de un sistema que rechazaba su desafío individual. Cursó estudios superiores de inglés y español y, tras una etapa de comentarista político que le llevó a ser corresponsal de Cinco Días, Miguel encontró en Internet un medio idóneo para alimentar su insaciable curiosidad, ser económicamente independiente y explicar de forma accesible desde la vida de los insectos a las galaxias remotas. Recientemente, publicó Imitando al centauro, una investigación a partir de su propia experiencia sobre equitación terapéutica, que en el plazo de un año le permitió prescindir de la silla de ruedas. La obra ha sido editada por la Federación Nacional de Equitación Terapéutica de Rusia.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de junio de 2002