Han salido 704 páginas, pero da para mucho más. Carlos F. Heredero ha elegido un tema peliagudo, amplio e inmensamente rico: las relaciones entre cine y literatura en España, algo lo suficientemente complejo para que 26 expertos traten de desentrañar una convivencia que ha sido en ocasiones tan belicosa como amable.
Para el título, ha elegido una cita de Ramón Gómez de la Serna: La imprenta dinámica. Literatura española en el cine español. 'Es una definición perfecta de lo que es el cine y además brillante literariamente hablando', asegura el crítico, que ha tardado dos años en coordinar el trabajo.
El volumen se ha presentado estos días en la Feria del Libro de Madrid y es el undécimo trabajo de gran calibre que publica la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España dentro de la colección que dirige Jesús García Dueñas.
Los porcentajes de adaptaciones dejan claro, que, contrariamente a lo que se cree, la literatura no ha sido la fuente más rica de inspiración para el cine. Y menos en los últimos años: 'En 2000, sólo se adaptó un 15% de las producciones que se llevaron a cabo', asegura Heredero. 'Es menos que lo que se hacía al final de los años ochenta, cuando se traspasaba el 25%, y mucho menos que en los años cuarenta, cuando, por razones obvias de censura, se recurría más a la literatura de los autores permitidos para hacer cine', cuenta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de junio de 2002