La Audiencia de Alicante ha condenado a C. B. B., de 50 años, a dos años de prisión y a una multa de 3.240 euros por estafar en 2000 a un empresario al que vendió 2.000 teléfonos móviles inexistentes. El tribunal considera probado que utilizó impresos de una empresa dirigida por su hijo para ofertar a la víctima 2.000 móviles al precio de 155,43 euros. La víctima le transfirió 186,89 euros como señal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de junio de 2002