Crece la preocupación y el estupor de cientos de jóvenes familias del distrito de Chamberí, que observamos cómo la Comunidad de Madrid deniega la escolarización de nuestros niños de tres años en educación infantil. Gran parte de los colegios del barrio se han visto desbordados por la ineptitud y falta de previsión de la Consejería de Educación de la Comunidad, cuyos iluminados responsables se han dado cuenta anteayer del número de niños censados en el distrito y no han adecuado la oferta escolar a la demanda.
Nuestros múltiples pecados: 1. Tener niños nacidos en Madrid, en vez de en Quito, Casablanca o Lima. 2. Trabajar y pagar nuestros impuestos, y no ser parte de la economía sumergida. 3. Ser unidades familiares normales. En resumen: no hay colegio para nuestros hijos. Primero hay que escolarizar a los inmigrantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de junio de 2002