Dice el señor Ibarra, presidente de Extremadura, que para hacer respetar el derecho al descanso de los vecinos lo mejor es poner un nido de cigüeña negra cerca. El ruido es incompatible con la cría de especies protegidas y así, como efecto colateral, el vecindario sale beneficiado.
Yo estoy criando un precioso niño de año y medio, el cual, dada la baja natalidad y la preocupación que últimamente muestran los políticos, puede asimilarse a una especie protegida. Sin embargo, su derecho al descanso es sistemáticamente violado, especialmente en estas fechas, con motivo de las fiestas escolares.
Nos sorprende que para los jóvenes estar de marcha sea recibir un baño de decibelios hasta el mediodía, pero ¿qué podemos esperar si los saraos escolares que se les monta se alargan hasta la una y media o las dos de la madrugada haciendo vibrar las ventanas del vecindario? ¿Estamos educando o entreteniendo? ¿Dónde queda el respeto a los vecinos? ¿En la lección 7?
Por cierto, si alguien posee un nido de cigüeña con inquilinos y en buen estado, ruego me lo traspase.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de junio de 2002