El cantante Michael Jackson se quedó encantado ayer con el trono de oro que se encuentra en la Cámara de los Lores británica y exclamó: '¡Quiero eso!'. Iba acompañado del parapsicólogo Uri Geller y el mago David Blaine. Durante su visita, un asistente se dedicó a peinarle constantemente, y él se retocaba la cara con una esponja. A la salida saludó al secretario de Estado del Tesoro, Paul Boateng.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de junio de 2002