La denuncia de la esposa de un ciudadano polaco, de 53 años, con hijos y residente en Gandia, puso a la policía sobre la pista de un grupo organizado, una mafia del Este -modalidad delictiva cuya existencia negó hace escasas semanas el delegado del Gobierno, Francisco Camps- que actuaba desde hace meses en la Comunidad y Murcia.
La mujer acudió a la policía para denunciar el secuestro de su marido el 23 de mayo pasado. Los raptores reclamaban una importante cantidad de dinero a cambio de la liberación bajo la amenaza de muerte. Los agentes intervinieron ayer en el chalé en el que se encontraba recluido, en Alicante, y lograron liberarlo.
Como resultado de la operación, la policía detuvo a seis personas, también de origen polaco, con antecedentes, integrantes de una banda organizada dedicada, entre otras actividades, al tráfico de vehículos robados, prostitución ilegal -introducían en España a mujeres de países del Este a las que obligaban a prostituirse, cuya recaudación se quedaba la organización y sobre las que mantenían estrecha vigilancia impidiéndoles movimiento alguno-, falsificación de moneda -la policía les ha intervenido tanto el instrumental para las copias falsas de euros y otras monedas como cantidades en efectivo- y extorsión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de junio de 2002