A ver, a ver..., a ver, que yo me entere. Resulta que si compro marihuana cometo un delito, si la cultivo puedo ir a la cárcel, y si me detienen con hierba me multan.
Ahora bien, puedo fumarme un porrito tranquilamente siempre que no lo haga en la vía pública. Pues a ver si alguien me explica de dónde lo saco, ya que aún no domino el arte de la generación espontánea de drogas blandas.
En fin, voy a tomarme un cafelito, que, aunque sea otra droga, al menos puedo comprarla en el súper de la esquina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de junio de 2002