La huelga y las temperaturas de pleno verano provocaron ayer una masiva afluencia de ciudadanos a las playas del litoral catalán, especialmente en las de Barcelona y su área de influencia. Como si se tratara de un día festivo, las playas se llenaron de familias enteras y público muy joven que aprovechó la ausencia de clases para darse un chapuzón y un buen baño de sol. Incluso el tráfico de las carreteras de acceso a las playas del Maresme se resintió de la huelga y fue más intenso que cualquier día laborable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de junio de 2002