Estudio de Alexéi Troitzky, 1924.
Este trabajo de Troitzky no se cuenta entre los más meritorios de su formidable producción, pero tiene un efecto estético muy grato. Es obvio que al no estar en condiciones de detener la amenaza 1... b1=D las blancas parecen abocadas a una inmediata derrota. El lector, que probablemente abandonaría si llevase las blancas en una partida de torneo, sabe, desde el enunciado, que las blancas logran empatar, pero ¿cómo? La secuencia, económica y de matemática precisión, tiene aspecto de suicidio, pero un suicidio interesado, pues en vez de matar, ofrece la salvación. El primer movimiento es 1 b6 j.!; primer paso de la política suicida. Claro que 1... A - b6 es forzada, pues si 1... R - b6 / 2 e7 con sencillo empate. La combinación continúa con 2 e7, Rd7 de modo que la situación blanca parece desesperada. Sin embargo, 3 Ah3! introduce un recurso combinativo hermoso, ya que la natural 3... b1=D fracasa ahora ante 4 A - f5 j.!, D - f5 / 5 e8=D j., R - e8 / 6 Cd6 j. y 7 C - f5 con sencillo empate. Las negras, por su parte, creen anular esta posibilidad jugando 3... Ac7 j., que toma al caballo la casilla del doble -d6- sin pérdida de tiempo al dar jaque. Las blancas realizan entonces la más exacta y difícil jugada del estudio: 4 Rh4!! El segundo jugador juega entonces, triunfante, 4... b1=D y todo parece haber llegado a su fin. Pero es ahora que irrumpe la idea de Troitzky: 5 A - f5 j.!, D - f5 / 6 e8=D j. (frenético suicidio) 6... R - e8 / 7 Cd6 j.!, A - d6 y tablas por ahogado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de junio de 2002