No sé qué sucede en otras poblaciones cuando llegan estas fechas, pero en Hospitalet de Llobregat tenemos que soportar, por lo menos un par de sábados hasta las dos o las tres de la madrugada, el ruido infernal de las AMPAS que montan sus fiestas particulares subvencionadas con los impuestos que pagamos los ciudadanos. Llamo a la Guardia Urbana para quejarme, les digo que creo que debe haber una normativa con respecto a los decibelios permitidos, y me dicen que sí existe dicha normativa, pero que ese día cuentan con el permiso del Ayuntamiento. Yo les digo que nadie puede dar permiso para saltarse una normativa y fastidiar al resto de los mortales. Me dicen que están de acuerdo, que estos días tienen la centralita colapsada por este motivo y, sin embargo, ellos sólo pueden ir allí y 'recomendar' que bajen el volumen. Pero seguro que cuando ellos se vayan lo vuelven a subir. Y me pregunto: ¿Cómo puede el Ayuntamiento favorecer el incivismo y después ser tan cínicos de hablar de 'Hospitalet pel civisme'? ¿Y los que están enfermos? ¿Y las personas mayores? ¿Y los bebés? ¿Sólo cuentan ellos?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de junio de 2002