ETA ha puesto en juego a tres comandos para perpetrar sus cinco últimos atentados. Los tres cometidos en Málaga fueron obra de un grupo itinerante llegado desde Francia, mientras que el perpetrado en Zaragoza fue llevado a cabo, posiblemente, por los mismos etarras que el 23 de mayo atentaron contra la Universidad de Navarra, según dijo ayer en Pontevedra el vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy. Un tercer comando, posiblemente procedente de Vizcaya, se habría encargado de la acción de Santander.
El Ford Courier que explotó a las 22.15 en el aparcamiento de El Corte Inglés del Paseo de Sagasta de Zaragoza llevaba aparcado desde las dos de la tarde de ese mismo día. La información la han revelado las cámaras de grabación de los almacenes y ayer el delegado del Gobierno en Aragón, Eduardo Ameijide, explicó que estaba cargado con 50 kilos de explosivos. El estallido provocó tres heridos leves, que ayer ya habían recibido el alta. No ocurre lo mismo con dos de los heridos en Fuengirola: el ciudadano inglés M. G., de 33 años, que sufrió lesiones por metralla en un pulmón, el bazo y el diafragma, se encontraba consciente y estable, pese a la gravedad de las lesiones, mientras que la española I. R. R., de 44 años, recibe tratamiento antibiótico para curar las heridas sufridas en su pierna derecha.
El subdelegado del Gobierno en Málaga, Carlos Rubio, señaló que no existen indicios para pensar que los tres atentados en esta provincia en los últimos dos días obedezcan a la existencia de un comando estable en la Costa del Sol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de junio de 2002