El pop con bases electrónicas, el bell canto operístico y las orquestaciones sinfónicas se dan la mano en Etterna, el nuevo álbum de la cantante francesa Emma Shapplin, un trabajo con el que repite la línea iniciada hace cinco años con Carmine Meo, del que vendió millón y medio de copias.
Para esta compositora de 28 años, 'es muy difícil separar los elementos clásicos de los contemporáneos porque todos forman parte de su universo musical'. No le gustan 'las músicas y los conceptos fijos', prefiere 'las melodías que fluyen y hacen trabajar la imaginación del oyente'.
La música clásica fue su 'primera pasión' y fue en la ópera donde adquirió la técnica vocal, 'pero en mi música hay cabida para muchas cosas más, como el pop y todo lo relacionado con las nuevas tecnologías como la música electrónica. Tengo muy claras las diferencias entre lo acústico y lo electrónico, pero lo importante es lo que se puede expresar con ambas'. Desde que hace cinco años viera la luz Carmine Meo, la evolución musical de Shaplin 'ha ido paralela a la vital, todos los elementos que hay en mi música vienen de las cosas con las que he vibrado. En los dos últimos años he leído también mucho a Dante. Ese ha sido uno de los motivos de la elección del italiano clásico para la grabación del álbum'. Etterna fue grabado en Los Ángeles, París y en los legendarios estudios Abbey Road de Londres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de junio de 2002