La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a los etarras José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, José María Arregi Erostarbe, Fitti, y José Carlos Apeztegia Jaca a 25 años de prisión a cada uno como responsables de un delito de asesinato frustrado, al considerar probado que participaron en el envío de un libro bomba en marzo de 1992 al empresario vasco José Osinalde Peñagaricano, que en reiteradas ocasiones se negó a pagar el impuesto revolucionario. El artefacto fue desactivado por la policía.
El relato de hechos probados señala que en 1990 y 1991 el comité ejecutivo de ETA, del que formaban parte Fitti y Txelis, decidió intensificar la exigencia a empresarios residentes en Euskadi y en Navarra del chantaje del impuesto revolucionario, como medio para obligarles a entregar distintas cantidades de dinero y obtener los recursos que permitirían a la organización terrorista continuar con su actividad. Txelis era el encargado de un comando que recaudaba dicho impuesto al que hacía llegar las instrucciones sobre los empresarios y cantidades que debían obtener de ellos. El citado comando estaba integrado por Apeztegia, quien anotó las instrucciones recibidas en una agenda electrónica.
Entre las personas a quienes se intentó extorsionar se encontraba Osinalde Peñagaricano, quien había recibido seis cartas de ETA. La última de ellas, fechada el 20 de octubre de 1991, le exigía la cantidad de 50 millones de pesetas y le advertía de que si no pagaba se haría "automáticamente acreedor de las medidas de represalia contra sus bienes y persona que la organización juzgue oportunas". Después de que el empresario no respondiera a la misiva, el comité ejecutivo de ETA decidió que se atentara contra él.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de junio de 2002