Le escribe un amante de la radio, totalmente descorazonado, para comunicarle mi rendición incondicional ante el proceso de degradación que este medio está sufriendo. Yo, que no pienso que haya una cadena sustancialmente mejor que otras, prefiero (prefería) escuchar RNE simplemente por la ausencia de publicidad, aunque solapadamente metan alguna cuña. Pero es que ya es inaguantable. Me refiero a las mañanas del señor Julio César Iglesias. El anterior, y en mi opinión lamentable director de este programa, ya estuvo a punto de 'echarme' y, aunque faltó poco, aguanté. Ahora bien, con éste ya es imposible.
Ya de buena mañana nos coloca a sus, eso sí, plurales tertulianos, unos de centro fachas, los otros de centro liberales, casi una hora, en la que los oyentes le resuelven el programa, siempre con temas muy importantes para la vida de la gente como, por ejemplo, recuerdos del colegio o algo por el estilo. Fútbol, mucho fútbol y toros, muchos toros. Y también la copla española y más fútbol y, además, Eurovisión ¡toma ya!
Y para terminar, la hora cumbre. La última hora cada día la dedica a la prensa rosa, al cuchicheo.
Como se puede ver, es una fórmula imaginativa y revolucionaria ¡uy!, perdón, retiro lo de revolucionaria.
En fin, que ha vuelto la radio en blanco y negro, la radio nacional de España, cada día mucho más nacional.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de junio de 2002