Es increíble la solución de la Iglesia católica en Estados Unidos: solo expulsarán a aquellos sacerdotes cuya reputación se haya visto afectada por más de una denuncia. Resulta increíble que aquellos que defienden los valores cristianos (con los que más o menos todos podemos estar de acuerdo) puedan ni tan siquiera justificar o defender a presuntos pederastas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de junio de 2002