La convocatoria de huelga general en el País Vasco ha dejado al descubierto comportamientos que nadie hubiera imaginado. El movimiento obrero se ha dividido y se ha enfrentado. Los sindicatos nacionalistas vascos han optado por una estrategia que incluya en sus reivindicacines el ámbito vasco de decisión. El 19-J salieron a la calle a luchar por sus derechos laborales y reclamaciones políticas, enfrentándose con el resto de trabajadores que no compartían sindicato. Gritos de 'españoles' y 'esquiroles' se oían a las puertas de los comercios, de las cocheras o de fábricas vascas, digidos contra los trabajadores que reclamaban el 20-J.
La perversidad idearia ha llegado a tal grado en el País Vasco que hasta los trabajadores nos enfrentamos. Quienes militamos en organizaciones sindicales y creemos que el movimiento obrero no puede rendirse nunca ni aceptar imposiciones gubernativas que rebajen los derechos de los trabajadores, no dejaremos y rechazaremos a aquellos que nos suplantan y que no tienen, detrás de sus manifestaciones laborales, más que objetivos políticos, que no pueden en ningún caso enfrentar a la masa trabajadora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de junio de 2002