SOS Racismo atendió el pasado año más de 200 quejas de inmigrantes víctimas de actitudes racistas en el País Vasco. La ONG atendió también a gitanos que sufrieron discriminación en razón de su etnia. La incidencia de comportamientos xenófobos en Euskadi no llega a los niveles de otros lugares de España, pero empieza a ser apreciable, aseguró ayer Diego Jauregui, portavoz de SOS Racismo Euskadi, con motivo de la presentación en Bilbao de su informe anual.
'Todavía no tenemos una ultraderecha ni unos cabezas rapadas que persigan a cadenazos a los inmigrantes por las calles, pero si vemos cómo tienen problemas cuando van a alquilar una vivienda o entrar a un bar', señaló Jauregui. La mayoría de las quejas no llegan a los tribunales por las dificultades para disponer de pruebas, por lo que se intenta resolverlas a través de cauce institucionales y privados. Jauregui explicó que la discriminación se da con mayor frecuencia en los ámbitos laboral, educativo, de la vivienda y en el trato que algunas instituciones dispensan a los menores inmigrantes no acompañados.
SOS Racismo criticó la ley de Extranjería porque dificulta que los inmigrantes regularicen su situación y 'ataca' a los documentados. 'Hay un discurso ultraderechista muy peligroso', aseveró.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de junio de 2002