Una docena de activistas de los colectivos en defensa de la huerta valenciana se concentraron ayer frente a la sede de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana para protestar por la destrucción de 70 hectáreas de fértiles huertas de La Punta, destinadas por la Administración central y la autonómica a construir el nuevo acceso ferroviario al puerto de Valencia y la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de la infraestructura portuaria.
Al grito de Volem vore l'Horta, i no la terra morta, los manifestantes, alineados con el centenar de familias afectadas por los proyectos urbanísticos en La Punta, exigieron al delegado del Gobierno, Francisco Camps, que obligue a Fomento a paralizar las obras y que deje de practicar la política de 'hechos consumados', ya que, aseguran, aún no se han expropiado los terrenos. Mientras las excavadoras siguen desahuciando huertas y alquerías, en un parterre improvisado en el paso de cebra frente al edificio oficial representaron un pequeño huerto bajo una pancarta que rezaba: 'La Delegación del Gobierno ordena a las máquinas la destrucción de L'Horta de La Punta'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de junio de 2002