El último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), realizado entre el 20 y el 26 de mayo -la semana en la que los sindicatos convocaron la huelga general y el Gobierno aprobó el decretazo- dedica cinco preguntas especiales al paro y a las condiciones en las que los encuestados aceptarían cambiar de trabajo. El Ejecutivo interpreta las respuestas como "un aval" a su reforma laboral, como "un evidente y claro refrendo" a la "apuesta" por la movilidad funcional y geográfica, y como un respaldo ciudadano a sus políticas activas de empleo. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, expuso ayer esa interpretación del Gobierno a los siguientes datos:
El CIS pide puntuar del total desacuerdo (cero) al absoluto acuerdo (10) una serie de juicios de valor sobre el desempleo (véase cuadro). La afirmación que los entrevistados más respaldan es que "si no fuera por la protección al desempleo, bastantes familias lo pasarían muy mal para sobrevivir". Y la que votan menos es que "si los subsidios de desempleo no fueran tan generosos, la gente aprendería a valerse por sí misma". De las seis afirmaciones para las que el CIS pide puntuación, el Ejecutivo destacó ayer la que se sitúa en cuarto lugar: "La mayoría de los parados podrían conseguir un empleo si se lo propusieran" y obvió que los encuestados están más de acuerdo con que "nadie está parado por su gusto, quien no tiene trabajo es porque no lo puede encontrar"; o que "estar en paro es una de las mayores desgracias que le pueden ocurrir a una persona". Con estas respuestas, el Ejecutivo concluye que los ciudadanos respaldan una reforma laboral que reduce, en la práctica, de dos a un año el tiempo de percepción del seguro de paro, y eleva las exigencias para cobrar el subsidio asistencial.
Movilidad geográfica
El Gobierno llega también a la conclusión de que los ciudadanos están a favor de la movilidad geográfica y de las políticas activas de empleo porque el 58,1% de los entrevistados creen que "una mayor disponibilidad a cambiar de residencia daría más oportunidades de trabajo" y porque un 54,3% dice que aceptaría cambiar de residencia con un buen empleo. Sin embargo, los encuestados no se muestran dispuestos a aceptar un empleo de su cualificación pero con salario "bajo", o con buen salario y mal "horario". Y les importa menos que les rebajen la cualificación si el sueldo es "aceptable".
Las preguntas del CIS que se repiten mes a mes también reflejan que el paro es, a gran distancia, el primer problema de España y el que más afecta a los entrevistados. En los cinco problemas que más afectan a los ciudadanos, crece la preocupación por el paro (1,5 puntos); por la inseguridad ciudadana (6,3 puntos, y es el segundo problema); por los problemas económicos (un punto, y tercer lugar en preocupación), y por la inmigración (5,1 puntos, y quinto lugar). Sólo baja la preocupación por el terrorismo (en 5,2 puntos), pero sigue siendo el cuarto problema que "más afecta" a los consultados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de junio de 2002